Con el objetivo de incentivar la continuidad de estudios superiores en los alumnos de los colegios que participan en nuestro programa, cada año se hace entrega de las becas Don Alberto Solari Magnasco y Don Juan Cúneo Solari y 2021 no fue la excepción.
De los 50 colegios que son apoyados por el Programa Haciendo Escuela, 15 de ellos cuentan con cuarto medio y pudieron participar del proceso. Los 64 alumnos que postularon a las becas, y especialmente quienes se la adjudicaron, lograron sobresalir tanto en notas como en ponderación PTU, en un año especialmente difícil.
La emergencia sanitaria trajo cuarentenas y educación a distancia, sumado a la incertidumbre que implica una prueba nueva. Quienes postulaban a la universidad, tuvieron que lidiar con más factores de nerviosismo y preocupación, como nos cuenta Martín Ochoa: “No estaba preparado para un cambio tan radical,
de la noche a la mañana ya no tenía clases normales, sino que online, pero lo más complicado creo que fue la incertidumbre por el cambio de la prueba y sus contenidos, ya que no sabía cómo estudiar”. Martín está matriculado en Ingeniería Civil Mecánica en la Universidad Técnica Federico Santa María. El ahora universitario destaca la oportunidad de recibir este beneficio: “la entrega de esta beca me parece un gran acto de Falabella, ya que por medio del Programa Haciendo Escuela, han tomado una labor social muy importante con los sectores medios de nuestro país, sin que esta labor les fuese impuesta, lo cual a mi parecer es digno de admirar”.
Sin el aporte del Programa Haciendo Escuela él veía en peligro su ingreso a la universidad ya que se encuentra en una situación difícil como padre de un niño de un año: “Para mí la entrega de esta beca fue un salvavidas por así decirlo ya que, como un gran número de estudiantes, no conseguí ninguna ayuda por parte del Estado y me veía en la obligación ocupar el CAE como única vía para continuar mis estudios, entonces estoy totalmente agradecido por esta oportunidad ya que me permite tener estabilidad”.
Merlys Finol entró a estudiar química farmacéutica en la Pontificia Universidad Católica, ella cuenta que al recibir la noticia de la beca tuvo una explosión de emociones: “Me sentía feliz, emocionada y eternamente agradecida por su confianza hacia mí, saliendo por completo del estrés que tuve durante el proceso de selección”. Para Merlys la beca es un impulso para seguir sus sueños: “Esta beca representa una gran oportunidad para poder demostrar todo mi potencial en esta nueva etapa de mi vida, significa estar un paso más adelante en mi plan de vida, alentándome a seguir mis sueños y convertirme en una gran profesional dentro del mundo de la química y la farmacia”.